lunes, 23 de agosto de 2010

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA REESTRUCTURACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE DANZA DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE

(O ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE UN INDEFINIBLE MALESTAR)

Camilo Rossel


A pesar de lo extraño y descortés que fue el proceso de selección del nuevo equipo de profesores del Departamento, hasta ahora había decidido mantener silencio pues me parecía poco digno plantear ciertos reparos sobre algo en lo cual se ha permanecido tan involucrado por tanto tiempo. Pero a raíz cierta incomodidad que he notado, tanto en gente de la danza como en los propios estudiantes del Departamento, y por otra parte en cierta inconsciencia de otro grupo de personas con respecto a lo que en este proceso ha acontecido creo que no es sano dejar que ese espacio de vacío y de cosas no dichas a propósito de la reestructuración, se diluya en el tiempo y sea posteriormente la base sobre la cual se funde un proceso que pretendía reparar un contexto de malos entendidos, cosas no dichas y jugadas bajo la mesa. Por ese motivo es que he decidido poner una palabra en aquel lugar, poner una opinión que dé cuenta de un malestar compartido por diversos actores de este proceso y que ojalá ponga en circulación aquello que se encuentra trabado en aquel silencio que se ha impuesto luego de ésta última parte de la reestructuración. Sin duda para aquellos que incomode lo que diré será fácil descalificar formalmente mi posición a raíz, tal como decía antes, de lo involucrado que he estado hasta ahora en dicha reestructuración y de lo que he perdido, pero justamente he decidido dar mi opinión porque una descalificación de éste tipo no hará mella a lo aquí planteado y solamente podrá venir de aquellas personas que decidan apartarse de una discusión seria al respecto de lo que está ocurriendo.

Un poco de contexto

Para poner estas palabras en el lugar que corresponde es necesario recordar algunas cosas con respecto a la reestructuración del Departamento pues más de alguien que lea, incluyendo quizás a la gran mayoría de los profesores que hoy forman parte del nuevo equipo departamental, no sabrá nada con respecto a esta reestructuración.

En este sentido es necesario recordar que, como muchas cosas en nuestra Universidad, ésta reestructuración surgió a propósito del movimiento generado por los estudiantes durante el año 2007 en el cual se ponía en evidencia no solo la deplorable calidad académica del Departamento de danza sino la oscura red de influencias político-académicas que habían permitido mantenerlo en ese estado. A raíz de esto, y por sugerencia de la profesora Francisca Morand, se llamó a un grupo de profesores (Carolina Cifras, Juana Millar, Daniela Marini, Nelson Avilés, Nuri Gutes, Camilo Rossel) que hasta ese momento no habíamos tenido mayor relación con el Departamento, para que no sólo aportáramos en el ámbito docente sino en una discusión que recién se iniciaba con respecto al futuro y el rumbo que debía seguir el Departamento. Durante el año 2008 los profesores antes mencionados junto a las profesoras Francisca Morand y Eleonora Coloma, y por supuesto con el apoyo del centro de estudiantes, aunamos esfuerzos para poner en marcha un proceso serio de reflexión con respecto a cómo generar un espacio realmente académico, pluralista y reflexivo para la danza al interior de nuestra Facultad. Posteriormente y junto a algunas autoridades de la facultad fuimos parte de la comisión plan de trabajo que tenía por misión hacer un diagnóstico y dar los lineamientos para solucionar la deplorable condición académica en la cual se encontraba el Departamento. A raíz de las dinámicas políticas que imperaban en aquel minuto fue imposible concluir ese trabajo pues aquellos docentes que fueron quedando revelados en su incompetencia pusieron todas las trabas que estaban a su disposición para que dicho trabajo no se realizara. A raíz de que nosotros, los profesores que habíamos entrado a honorarios a cumplir una tarea que debían haber realizado hace mucho aquellos que la Universidad había contratado para ello, pusimos sobre la mesa la imposibilidad de trabajar con esa dinámica política y nos restamos de un trabajo que, hasta ese momento, había tapado con gente externa las debilidades que el Departamento tenía que resolver desde su interior, fue que se inicio el largo (demasiado largo) proceso de reestructuración que, desde ahí en adelante, quedó en manos de las autoridades de la Facultad. Luego de esto vino una seguidilla de comisiones externas al Departamento para determinar la gravedad de lo que allí ocurría; una primera comisión para decidir si la situación del Departamento era tan grave; una segunda comisión para decidir si la comisión anterior tenía razón y una tercera comisión para decidir quiénes serían los encargados de encabezar un proceso de reestructuración, hasta que finalmente se constituyó la comisión de reestructuración.

Sin duda un trabajo que se plantea transformar tan radicalmente una estructura institucional debe ser un trabajo meditado y estudiado profundamente en todos sus aspectos lo cual toma tiempo y energía, pero no hay que olvidar tampoco que dicho trabajo era un trabajo de reflexión académica en el cual estaban involucrados los futuros laborales de mucha gente que, independiente de lo que se pudiera opinar sobre su calidad académica, requería comenzar a saber a qué atenerse para que, en última instancia, tuvieran el tiempo de generar vías alternativas. Lamentablemente la comisión de reestructuración optó por un hermetismo en su trabajo y en el manejo de la información lo cual, sumado a lo mucho que demoró en tomar algunas decisiones fundamentales para el proceso, llevó a un estado de malestar y desagrado generalizado al interior del Departamento y a una sensación de deriva en la cual los principales afectados fueron los alumnos al estar durante más de un año y medio recibiendo clases en un lugar que explícitamente no tenía proyecto académico ni coherencia docente o administrativa.

Sobre la selección del nuevo equipo

Más allá de quienes hayan sido seleccionados y quienes no, una de las primeras cosas que llamó mi atención en todo este proceso de concurso académico fue el desprolijo (por usar un gran eufemismo con respecto al contexto) manejo formal de un concurso público; hasta donde sé un concurso público, más aún en una institución pública, una vez que ha sido sancionado debe hacer públicos los resultados y sus motivos, tanto por deferencia a aquellas personas que no han sido favorecidas como por la transparencia del proceso. Hasta el día de hoy, cuando ya el nuevo grupo de profesores está trabajando, no ha aparecido ninguna información pública sobre los resultados ni se nos ha informado privadamente a los que no fuimos seleccionados que no fuimos favorecidos.

Por otra parte, y esta vez sí en relación con las personas que fueron seleccionadas, llama la atención que en el nuevo equipo departamental la única persona que quedó de aquellos que ingresamos el 2008 a trabajar en el proceso de reestructuración, es decir Nuri Gutes, sea la única persona que, por diversos motivos personales, no participó del proceso de discusión académica en aquel entonces. Lo que quiero señalar con esto no tiene ninguna relación con las capacidades que, en lo personal, sé que posee Nuri, sino más bien centrar la atención sobre el precario estatus que tiene la discusión y la crítica académica al interior de nuestra Facultad, pareciera ser que todos la desean en el papel pero aquellos que la realizamos de manera efectiva somos mirados siempre con suspicacia y finalmente marginados en los momentos de incorporación de nuevos actores. Lo único que cabe pensar es que para la Facultad hay gente que puede hacer el trabajo sucio, el trabajo de criticar aquello que no critican los que tienen el estatus y el deber de hacerlo, pero en el momento en que aquellas críticas rinden frutos no es agradable, o conveniente, invitarnos a compartir aquellos frutos o quizás incomodamos a algunas de las personas que ahora están en la mesa.

Por otra parte también me llamó la atención el grupo de personas seleccionadas con respecto a una de las cosas que más se remarcó a lo largo de todo este proceso y que era la necesidad de generar un equipo académico que pudiera levantar un Departamento universitario con las características y particularidades que eso significa al interior de una institución como la Chile y que no sólo llegara a hacer clases de ramos específicos, pues independiente de la opinión que cada cual pueda tener con respecto a las virtudes y defectos de los seleccionados una cosa que sí es evidente es que la gran mayoría son personas que, tal como lo vaticinó E. Matthey en una reunión con el ex-Departamento el 5 de agosto, son personas que no tienen experiencia de trabajo académico en el contexto de una universidad pública, la cual, como todos sabemos, tiene dinámicas, objetivos y deberes completamente diferentes a las instituciones privadas, dinámicas, objetivos y deberes que están en la base de lo que debía generarse como trabajo departamental con el nuevo equipo académico que entraría.

En este punto me parece importante, también, recordar que una de las cosas que gatilló la molestia de los alumnos con el antiguo Departamento era el enclaustramiento en una exclusiva visión sobre la danza, de ahí que el objetivo final fuera generar un espacio plural en el cual estuvieran contenidas múltiples miradas y diferentes opciones con respecto al quehacer dancísitico, objetivo con el cual nos comprometimos los docentes que trabajamos en aquel entonces. Para aquellos que conozcan nuestro reducido medio creo que resultará evidente que en la selección del nuevo equipo la pluralidad es una de las cosas que no está presente. Soy el primero en reconocer que nuestro funcionamiento siempre se da en torno a redes de gente con la que estamos en contacto, pero creo que no es bueno cuando esas redes se cierran sobre sí no queriendo hacer contacto con ninguna otra que esté cerca y que esa operación resulta nefasta cuando se trata de una institución pública que tiene como deber la pluralidad.

A raíz de todo esto sería un buen giro retórico en este momento decir que no se comprende la lógica de la selección llevada a cabo, pero creo que justamente el problema es que esa lógica se comprende muy bien y, lamentablemente, no es una lógica académica. La desilusión que me ha acarreado este proceso es una desilusión que no tiene que ver específicamente con el Departamento de Danza sino con ver que, una vez más, en nuestra Facultad las condiciones institucionales dan lugar para que un proceso académico se transforme en un proceso donde un grupo, que no le interesa el diálogo ni la apertura hacia otras miradas, busque poder para institucionalizar su visión con respecto a las cosas. Sin duda esa dinámica me deja indiferente cuando se da al interior de una institución privada pero aún creo que nuestra Universidad tiene una responsabilidad social y política con respecto al medio que ha dejado de cumplir desde hace mucho. Nuevamente creo que quienes resultan directamente más afectados, y en este caso traicionados con respecto a sus expectativas del proceso, son los estudiantes, aquellos que lograron sacar al Departamento de un círculo cerrado de miradas con respecto a su quehacer para caer en otro, sin duda mejor, pero igual de cerrado. Finalmente creo que es la constatación de dicho encierro, la constatación de que la crítica no es bienvenida en la institución que debiera fundarse en ella, y todo lo ya dicho, lo que genera aquel indefinible malestar.

7 comentarios:

  1. Lamentable lo ocurrido Camilo, pero muy importante dejar la constancia de lo que se opina y se piensa al interior de la Universidad. Una pena que nuestros departamentos no tengan un diálogo más cercano... o algún diálogo que proteja y cautele el bien común de una institución pública.
    No estoy de acuerdo contigo en desmerecer a un profesor sin "experiencia de trabajo académico en el contexto de una universidad pública", que era mi condición al llegar a la Universidad de Chile, sin embargo estoy en completo acuerdo en que los procesos deben ser transparentes para poder fundar nuevas condiciones, nuevas escuelas y nuevos y buenos procesos académicos.

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  2. Paola, gracias por tu empatía. En cuanto a tu comentarioi, en ningún caso ha sido mi intención desmerecer a profesores que no provengan de las instituciones públicas, no creo que sea bueno para la Chile que permanezca en una endogamia eterna, eso es lo que plantéo en mi carta. Pero es muy diferente cuando un profesor llega a trabajar a un deparatamento ya armado a cuando tiene que armarlo desde cero, es ahí donde creo que la experiencia en una institución pública es necesaria. En cuanto a la relación entre nuestros departamentos.... uf, es un difícil tema, en este caso Artes Plásticas ha "cautelado" bastante bien este proceso... en fin. Un abrazo y muchas gracias por tu comentario.
    Saludos.
    Camilo

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  3. Mi estadía en el departamento de Danza de la Universidad de Chile fue de 5 años, y gracias a la pobreza artística e intelectual de este pasé los peores y menos enrriquecedores 5 años de mi vida, lo digo así, por que así fue, absurdamente cierto. El nivel de reflexión sin duda era mas alto en mi época escolar. Espero, por el bien de la danza en nuestro país, que esta postura con respecto al arte cambie, porque vi como se desperdiciaron muchos talento y puntos de vista interesantes por la falta de seriedad artística que poseía la escuela. Una pena. Llegué motivada y salí asqueada. Suerte en todo este proceso de reestructuración, yo por el momento bien lejos de ahí...

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  4. Invito a quienes quieran explayarse en este tema a escribir comentarios o mandarme su texto a defectodanza@gmail.com para abrir la discusión.

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  5. En ese sentido... tienes toda la razón Camilo...

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  6. Estimados amigos y alumnos de danza, quiero decir ante mano que me parece una exelente idea de cambiar ese departamento de danza que ya tanto tiempo ha hecho perder talento y lo veo como un museo en donde nadie se ocupa, desgraciadamente desde mi punto de vista yo sali del departamento de danza, fui formado alli por buenos maestros a mi epoca pero siempre el problema fué quien dirije ese departamento? cuando hablamos de transparencias nunca se sabia nada, concidero que una persona de danza coreografo reconocido que debe dirijir el departamento y no gente administrativa de otros rubros que conocen mas su rol en lo administrativo,pero hablo mas en el sentido de linea creativa e artisticas, el departamento es vitrina tanto nacional como internacional llegan los grandes maestros pero no pasa nada porque a nadie le interesa o simplemente la informacion no pasa.Mi pregunta es que queremos formar? hacia donde queremos llevar nuestros bailarines, antes los alumnos pasaban directamente al ballet nacional ahora no es el caso.pero que pasa con el campo de trabajo?.Bueno volviendo al departamento hay que actualizarse que clace de departamento de danza quieren ser? cual es la linea de trabajo y a que nivel si es internacional debe haber una reflexion importante y actualizarse en lo que pasa en el mundo,crear coreografiar es reflexion, reflejo de una sociedad atravez del cuerpo. El departamento de danza tiene una historia y eso debe evolucionar.

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  7. Como profesora he trabajado primordialmente en universidades y me sorprende cada vez más el funcionamiento de éstas y el trato hacia los profesores. Creo que es siniestro que instituciones no contraten a sus empleadores evitando que se puedan reunir, formar sindicatos etc., y me quedo desesperanzada al informarme que cuando lo hacen, pasan estas cosas.

    Lamento no haber estado al tanto de lo que pasó en la Chile, tan claramente como lo explica Camilo en su nota, pese a que trabajé ahí desde el año pasado. En reuniones institucionales poco me enteré y todo quedaba con un manto de duda. Estuve prevenida de lo que se venía este semestre, gracias a la buena relación con mis estudiantes, pero no quise postular por razones personales y por que estoy en desacuerdo con que los profesores sean elegidos sin que exista un director de carrera y la malla aprobada.

    Después de haber sido alumna de esta escuela (el año 1994) sentí que se estaban logrando cambios, sin embargo el descontento de los estudiantes es una constante que debe revertirse. Espero que los nuevos profesores puedan permitir un ambiente de trabajo mejor, sin embargo creo urgente establecer la malla y dejar de creer que los estudiantes pueden aguantar regalar su tiempo a escuelas sin horizonte claro.

    Las discusiones sobre la educación superior no solo pasan por la acreditación, creo que hace tiempo que hay una deuda con los Profesores Universitarios que debe empezar a ser regulada que tiene que ver con contratos, condiciones de trabajo, capacitaciones y sueldos dignos. Al parecer la reestructuración por lo menos avanzará en eso.

    Saludos a la escuela de danza

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