jueves, 29 de diciembre de 2011

El sabor de la experiencia


 Por Ana Carvajal

Dos destacados coreógrafos estarán en cartelera en Stgo. a Mil, con trabajos elegantes y de relevante calidad técnica en las interpretaciones, me refiero a Lo que puede un cuerpo” de Claudia Vicuña y Loop.3” de José Luis Vidal. Se trata entonces, de obras de creadores más maduros, que muestran lo decantado de sus trayectorias.

Lo que puede un cuerpo, obra recientemente premiada como mejor montaje de danza, por el Círculo de Críticos de Arte, es un solo donde Claudia Vicuña se reencuentra con la autoría en solitario después de 10 años en que realizó Ciudades Invisibles (en el intertanto compartió la creación con Alejandro Cáceres).  Este reencuentro implica una revisión corporal de su trabajo como bailarina y coreógrafa, visitando su biografía corporal y entrelazando sus vivencias personales, a través de una danza y un registro audiovisual que evita lo explícito.

Claudia Vicuña es una intérprete que destaca por su extrañeza y dulzura, y en su nueva obra vemos un cuerpo frágil y articulado, con la memoria alojada en los huesos, transitando en un espacio limitado por la luz. En la medida en que la obra transcurre, Claudia va significando el espacio vacío a través del los movimientos de su cuerpo, que muchas veces parecen imposibles y en otras parecen de un cuerpo vulnerable y desolado.

Esta ambivalencia entre extrañeza y dulzura está reforzada por un video que acerca detalles de su cuerpo. Realizado por José Luis Torres Leiva (destacado cineasta: “El cielo, la tierra y la lluvia” entre otras), lo audiovisual nos permite descubrir que la presencia enérgica de esta bailarina con gran trayectoria, tiene más matices de lo que vemos a simple vista en escena. Otro aporte fundamental es la música de Carlos Cabezas (Electrodomésticos), pues apoya el trabajo de Claudia y se comunica con su cuerpo, sin sobrepasarla. Es quizás la última escena de la obra donde mejor se percibe la relación cercana de estos dos discursos escénicos.

Lo que puede un cuerpo conmueve también por la puesta en escena con recursos, tanto escénicos como coreográficos, que se desplazan hacia la poética. Sin embargo, se extraña en la obra un mayor riesgo de Claudia como bailarina, pues mantiene un registro que, por muy asombroso que sea, en ella, ya no tiene gran novedad. Otro aspecto que requiere de mayor desarrollo es la generación de claves que permitan al público entrar en la reflexión biográfica de Claudia, pues muchas veces esos puntos son asumidos como tácitos, sin que en verdad estén presentes en escena.

La recreación de Loop con bailarines chilenos (de una obra estrenada con intérpretes europeos en Londres), hoy nuevamente se modifica, pues hay cambios en su elenco, asunto que impregnará diferencias en la puesta en escena (por eso es Loop.3). Esto, dada la importancia que en esta obra tiene el movimiento orgánico que cada bailarín desarrolla en el contacto con otros.

Es que Loop.3 se sostiene en una estructura dada por el ritmo de una masa que pareciera destinada a ir al unísono como una manada animal que respira y se nutre de la transpiración de los otros, transitando en el espacio que se vuelve circular y gregario, el que invita al público a recorrer con libertad como si presenciáramos una pieza de museo móvil. Así, cada frente nos entrega una dimensión diferente de un mismo movimiento.

Este trabajo se ha presentado en 2 temporadas en el Centro GAM, una temporada en el Teatro el Puente y funciones en el Festival Días de Danza, entre otras.  Ahora vuelven a la cartelera con un espectáculo que da cuenta del valor del cuerpo expuesto a dificultades técnicas: 10 bailarines en complejas secuencias rítmicas, entre quienes destacan Paula Sacur, Francisca Sazie y José Olavarría, quienes son intérpretes maduros que entregan un espesor mayor a la propuesta colectiva.

José Luis tiene un trabajo sostenido y reflexivo desde 1995, con obras que nos ofrecen cuerpos exigidos al máximo, sin perder la noción de pausa, con imágenes cuidadas y elaboradas con claridad entregando matices y no solo virtuosismo. Desde “Pichanga” (2002), su última obra presentada en Chile antes de Loop, vemos algunas variaciones en su discurso coreográfico. Hoy, se ofrece en su propuesta una danza más relacionada con la geometría y el ritmo, que busca precisión y regularidad en el espacio y tiempo. Esto representa de algún modo, volver a conceptos asociados a una danza más conservadora, en relación a la experimentación de este mismo coreógrafo, quien anteriormente exploró lenguajes más teatrales y otorgó mayor espacio a la creación coreográfica de sus intérpretes.

Probablemente el giro del coreógrafo se explique por su experiencia en Inglaterra, donde existe una valoración distinta de los elementos que componen una propuesta, lo que la hace más analítica y –pese a los flujos- mecánica, por lo que tal vez no complazca del todo al público chileno. En todo caso, entre el antes y el ahora, sobrevive una apuesta por la alegría y el placer de bailar.

Lo que puede un cuerpo
Miércoles 4 a Lunes 9 de Enero de 2012 a las 20.00 hrs.
Centro GAM Sala B1

Loop.3
Viernes 13 a Miércoles 18 de Enero de 2012 a las 20.00 hrs.
Centro GAM Sala B1

texto para la plataforma digital www.danzacontemporanea.cl proyecto de Paula Moraga.

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